viernes, 2 de marzo de 2012

GAFITAS O EL CUIDADOR DE LA BOTA



S
iempre que pasás o te quedás un rato en la Bota del Día, ese mall bullicioso de Envigado, lo ves de un lado para otro y hasta se te hace parecido a muchos hombres que eligen por oficio el cuidar los carros de quienes rumbean en nuestra ciudad.  No le molestan los apodos, incluso le divierten, muchos lo llaman Leonel, el escamoso o gafitas, pero lo que pocos clientes constantes, jóvenes y no tan jóvenes que llegan a tomar una cerveza en alguna de las licoreras del lugar, a comer y a ver niñas lindas y con poca ropa, de la Bota del Día saben  es que se llama Carlos Humberto Peláez Molina.

Carlos, es un hombre de treinta y nueve años, piel blanca, un tanto robusto,  de abundante cabellera negra y ondulada, y gafas de gruesos lentes a los que les debe de alguna forma su apodo de pila Gafitas; que todas las noches frías o calurosas desde hace cinco años se le puede ver trabajando muy enérgico en medio de los carros, los jóvenes y la música que se oye a fuerte volumen en cada una de las licoreras del lugar, con su dulceabrigo rojo al hombro, un pequeño pito negro de esos que en alguna época de su vida fue usado para pitar algún cotejito de fútbol o un partido de básquet, con el que le avisa a alguno de los visitantes de las licoreras que ¡por favor mueva el carro que el de adelante va a salir! y un chaleco reflector un tanto descolorido por el paso del tiempo pero que aún le sirve para que los conductores lo distingan en el pequeño parqueadero o en la calle cuando sale para guiar alguno de los carros que abandonan el lugar para darle paso a otro nuevo visitante de la Bota.

Gafitas, tiene dos hijos con Ana María Otálvaro, Juan Carlos de catorce años y Sebastián de doce, y tiene la fortuna o la desdicha de vivir en dos casas “Cuando me va bien  me voy para la casa de los niños, vivo con los suegros en  la Loma de los Parras, en el Poblado; y cuando el trabajo es suave, que no aguanta pagar taxi me quedo en la casa de mi papá aquí mismo en Envigado, aquí a las dos cuadras y media del mall.

Si siempre lo ves y lo saludás podés ver en sus ojos y en sus historias que es una persona llena de ilusiones y con ganas de superarse – es esa superación la que le inculca a sus ayudantes, dos pequeños niños que lo ven como su patrón pero a la vez como un papá – Gafitas es de  esas personas que podríamos llamar todo terreno, que le llama la atención la mecánica automotriz, que le gustan las cometas  - en la casa de su papá tiene un taller de éstas –que ha participado en festivales con ellas en tiempos buenos como Enero y Agosto; que le gustaría terminar su bachillerato y estudiar mecánica automotriz  pero que, más que nada le gusta la plata, pero ¡la plata bien ganada! por eso trabaja desde chiquito;  aunque por esas cosas de la vida después de trabajar en el Supermercado el Baratillo, en Gases de Antioquia, en el Éxito por catorce temporadas y en Susaeta, como archivador de montajes, vino a dar aquí, a la Bota donde todos rumbean mientras él  trabaja con gran dedicación porque si  sos cliente asiduo de la Bota, te va a distinguir y cuando no llevés tu carro te va a preguntar ¿dónde dejó el carrito hoy? ¡Como a mí! y te vas a dar cuenta que con eso se ganó tu corazón (al menos el de las mujeres) porque sabés que no sos uno más de los que llega  y se va, que Gafitas siempre va a estar pendiente de vos y de lo que necesites así sea el huequito pa´ meter el carro.  .

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